Para ser bonito, un césped necesita agua en cantidades regulares y suficientes. Sin embargo, para poder saciar tu césped sin desperdiciar agua, debes seguir una serie de medidas como optar por un césped resistente a la sequía, utilizar el método de riego adecuado y regar en la frecuencia y momento adecuados.
Estos son todos nuestros consejos para mantener su césped verde sin aumentar su factura de agua.
Opte por césped resistente al calor
Aunque sus necesidades de agua dependen del clima, el tipo de suelo y el nivel de exposición al sol, no todos los céspedes son iguales. Efectivamente hay especies que son más resistentes que otras, por ejemplo que resisten muy bien la sequía y por tanto la escasez de agua. Opta por un césped como Kikuyu ya que requerirá menos agua que la media, lo que te permitirá reducir el consumo de agua.
Elige el método de riego que más te convenga
Al utilizar el método de riego con el que se sienta más cómodo, puede estar seguro de que está regando bien su césped y de no darle más agua de la que necesita.
Riego manual
Especialmente recomendado para céspedes pequeños, este método es sencillo de implementar y solo requiere una manguera de jardín y una pistola rociadora variable. Tenga en cuenta que el riego manual requiere su presencia constante.
Riego superficial mecánico
Consiste en utilizar un sistema de aspersores colocado o fijo en tu césped, cuya función es rociar agua, y que se alimenta mediante una manguera flexible. Los hay de varios tipos: aspersores de fuente, oscilantes, rotativos y móviles.
Riego automático
Liberándolo completamente de la monotonía del riego, el riego automático es, con diferencia, el método más preciso y fácil de usar. Sin embargo, se requiere un trabajo importante para instalar el equipo y por tanto una inversión importante.
Riega tu césped con la frecuencia y el momento adecuados
Para el óptimo aporte de agua de tu césped, se recomienda regarlo de 3 a 4 veces por semana, cada 2 días, con una cantidad que oscila entre 3 y 5 litros por metro cuadrado. Para evitar pérdidas por evaporación y así evitar desperdicios, riegue el césped cuando no haya sol y, por tanto, preferiblemente por la tarde o temprano en la mañana.
Por último, recuerda que cuando riegas tu césped con demasiada frecuencia y con más agua de la necesaria, no ayudas a que eche raíces (porque no tendrás que sacar agua de lo profundo) y por tanto lo vuelves más frágil y vulnerable al calor. .
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